martes, 21 de junio de 2011

Leer un libro en la playa ¿placer o disgusto?

¿Quién no llevó a la playa algún libro y volvió divorciado? Bueno, es una forma de decir. Quienes nos sentimos atrapados por el placer de la lectura podemos afirmar que el elixir de unas buenas vacaciones, es sentase frente al mar en la reposera por las mañanas y leer mientras nuestro cónyuge nos ceba un rico mate y al mismo tiempo mira a los niños para que no se extravien. Aunque al parecer estemos hablando de una utopía, lograrlo es posible. El secreto está en la confianza y en una buena comunicación.
Hoy por ti, mañana por mí dice el refrán. Seguramente nos sentiremos plácidos de poder compartir los gustos y disfrutar en familia.


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